Sinopsis

Sinopsis Larga

January 13, 2016     jinetes   0 Comment     News

En Diciembre de 1914, Zapata y Villa se aliaron para tomar la Ciudad de México en nombre de los revolucionarios. El acuerdo fue que, al derrocar a Venustiano Carranza, ninguno de los dos tomaría la silla presidencial.

A cien años de este hecho conocido como el pacto de Xochimilco, un grupo de actores está decidido a hacer una representación teatral poco común: una cabalgata en la que encarnarán a Zapata y a su ejército en un viaje desde el pueblo de Quebrantadero, en Morelos, para encontrarse con Villa en Xochimilco y de ahí marchar juntos hasta la ciudad de México.
Pero, ¿qué compañía de teatro se empeñaría en realizar tal hazaña? Ellos son el Grupo Actoral de la Revolución Zapatista del Sur. Está conformado por campesinos, ganaderos, albañiles, músicos, artesanos y profesionistas provenientes de varias pequeñas localidades de Morelos y Puebla. Son, además, nietos y bisnietos de la Revolución Zapatista; su voz es el eco que mantiene vivas las andanzas del ejército libertador del Sur. El fuerte arraigo a su tierra y su gran amor a la historia local los llevó a retomar en el 2010 la tradición del teatro campesino. Desde entonces se han dedicado a dar vida a los pasajes más emblemáticos de la vida de Emiliano Zapata.
Regularmente, estos amantes del teatro se reúnen en el pueblo de Quebrantadero para preparar sus puestas en escena. Ahí son lidereados por Ángel Ortega, un hombre preocupado por promover la cultura y las artes en el lugar. Entre sus proyectos están la biblioteca y la casa del pueblo. Además, se dedica a la serigrafía.
Entre los principales integrantes del grupo tenemos a Don Catarino Ayala. Él es el ayudante municipal de Quebrantadero y encarna a Emiliano Zapata por consenso de la comunidad. Es un líder nato y manifiesta un gran compromiso por su pueblo; es la máxima autoridad del pueblo.
Jesús Pliego da vida al General Genovevo de la O. En su vida diaria es la mano derecha de Ángel, con quien realiza importantes labores para la casa comunitaria. En el grupo de teatro está siempre al tanto de que no falte nada, incluso los abastece con amarguito, un licor preparado a base de zacatechchi una yerba de la zona, útil para evitar fatiga e inflamaciones.
El General Próculo Capistrán es representado por Jesús Alamilla, un campesino y ganadero que se destaca por sus dotes de orador e histrión.
Guadalupe Amador y Fabiola Urzúa se alternan en el papel de Amelia Robles, un coronel que en realidad era mujer, y que fue considerado uno de los más bravos y destacados zapatistas.

Así mismo conoceremos a Joel Alamilla, quien interpreta al general Francisco Mendoza Palma, a la mujeres del grupo: Tony, Erendira, Eufrasia, Rosa, Socorro, Elvia, Bertha, Hortensia, Lucina, Ana, Kata y su invaluable labor dentro del grupo, ya sea en el papel de Adelitas, o bien organizando la logística de la cabalgata o preparando comida para toda la tropa.
En la primera parte del documental conoceremos a todos estos actores en sus vidas cotidianas y los veremos, además, en sus ensayos grupales. Seguiremos el proceso en el que van compenetrándose cada vez más con sus personajes; la forma en que construyen la dramaturgia de los diálogos, no sólo como una repetición de la historia oficial, sino a partir de la interpretación de sus personajes. Conoceremos, pues, la forma en la que estos pobladores comunes y corrientes rompen con su día a día para darle lugar a su pasión por el teatro y la historia local.
Después de unos meses los ensayos terminan y el Grupo Actoral de la Revolución Zapatista del Sur está listo para iniciar con la representación.
Entre las calles empedradas de Quebrantadero aparece Zapata montado a caballo, lo sigue un ejército de unos 100 revolucionarios entre los que alcanzan a verse Generales, Coronelas, Adelitas, tropa y trovadores… ¿con que adversidades se encontrarán en esta odisea?

Como una caja china, nuestros personajes entrarán de pronto en un cuadro al óleo en donde ocurre un jaripeo, convirtiéndose en los personajes del cuadro, ó bien, encarnarán una batalla, entre federales y zapatistas. Así la ficción y el documental se entretejen creando un lenguaje híbrido, adecuado para cabalgar hacia atrás y hacia adelante por la delgada linea del tiempo.

La ruta a seguir es la misma que hace un siglo recorrió el Ejército libertador del Sur para encontrarse con Villa en Xochimilco, transitando por los pueblos de Tepalcingo, Huichila, Anenecuilco, Yecapixtla, Atlahuacán, Tlayacapan, Tlalnepantla y entrar a la ciudad de México por los pueblos de Milpa Alta.
En cada sitio, el Grupo Actoral es recibido con entusiasmo, En cada sitio y de viva voz de los campesinos escucharemos las distintas problemáticas que aquejan hoy al campo: la contaminación de los acuíferos, la erosión de los suelos, las semillas transgénicas que han acabado con el maíz criollo, la tala indiscriminada de árboles, la violenta presencia del narco, la migración, etc. Este choque entre el pasado y el presente nos obligará a preguntarnos ¿qué tanto ha cambiado la situación del campo en 100 años?
Y en este andar, los fantasmas del pasado volverán a removerse. De pronto, nuestro ficticio Genovevo de la O es abordado por el espíritu del auténtico general, para revelarle que en ese mismo paraje colgó a tres federales.
Otra noche, en el bosque se aparecerá el fantasma de Otilio Montaño para anunciarle al ficticio que en unos años será acusado de traidor y Zapata lo mandará fusilar. A su vez, el fantasma del auténtico Zapata no dejará en paz a nuestro Emiliano: en unos años ordenará el fusilamiento de su compadre Montaño.

Después de unos días, Zapata y su tropa de revolucionarios -al que se le han sumado más combatientes en el camino- llegan por fin a Xochimilco. Ahí son recibidos con ovaciones por el pueblo xochimilca.
En una reunión secreta en los canales, navegando en trajineras, Zapata y Villa hablan sobre que es lo que ha pasado a cien años de su lucha, que hay por cambiar, que ha salido mal, en que momento se traicionaron los ideales de la Revolución.

Por la noche, el grupo actoral se reúne, las cosas no han salido como se esperaban, la ciudad de México está tomada por la violencia, en el Zócalo se ha instalado una pista de hielo y no existen las condiciones de seguridad para culminar la hazaña. Algunos quieren llegar pero otros están desanimados, hay caras largas, desolación, llanto.

Luego el silencio.
Jinetes del tiempo es entonces un documental que va más allá de la simple conmemoración de un hecho importante en la vida de nuestro país. Es el retrato de un trayecto plagado de choques –y a veces similitudes- entre el pasado y la realidad actual. Es un recordatorio del país que fuimos, y que somos. Y que apunta a lo que seremos.

“Todo es presencia. Todos los siglos son este presente“.
Octavio Paz